Retrato Ormeta-El 2021: Un año lleno de reflexión política

Comenzamos el año 2021, con el COVID en su punto más alto. Sin dar tregua, varias regiones del país se encontraban en su peor punto crítico de hospitalizaciones y contagios, como claro ejemplo, teníamos una Ciudad de México rebasada que pagaba las altas consecuencia de no declarar a tiempo el semáforo rojo durante finales del año 2020 y tomar las precauciones que eso conllevaba. Sumado a este panorama, se concretaban materialmente el inicio de las campañas electorales en varias entidades federativas y las precampañas a diputados federales comenzaban a tener rumbo.

Sin más, el partido MORENA arrancaba como amplio favorito para llevarse varias gubernaturas, arrasar con las diputaciones federales y confirmar que su bastión más leal era la Ciudad de México. No obstante, una tragedia empaño el cielo de la capital, cuando varios vagones del metro se desplomaron por una falla en la construcción, lo que ocasionó el luto de decenas de familias que sufrieron en carne propia una negligencia gubernamental. Los capitalinos no olvidarían ello y cobrarían afrenta en las urnas para castigar a un gobierno incapaz de dar respuestas a las incógnitas que se presentaban en momentos de crisis.

Los pronósticos se cumplieron respecto a que MORENA arrasó en las gubernaturas, pero se tuvo que deglutir una considerable derrota en su principal territorio, pues vio como perdían las alcaldías del poniente de la Ciudad de México, la mayoría en el Congreso Local de esta entidad y sumado a esto, también perdieron su mayoría calificada en la Cámara de Diputados. En su balance negro, el presidente no apostó por una postura autocrítica, sino por el contrario, se radicalizó tanto que su ira se enfoco en la famosa crítica airada clase media “aspiracional” que se negó a apoyar a su partido en la capital.

Tal fue el coraje presidencial que expulsó a un favorito de su círculo más íntimo, pues el senador Ricardo Monreal pago los platos rotos de la derrota guinda en la capital. En el juego de la sucesión presidencial adelantada, en donde, el presidente destapó a sus “corcholatas”, fue claro que protegió a su favorita y responsabilizó del fracaso al líder senatorial. Sin miramientos, realizó también un ajuste en su equipo para evitar que en el futuro les propinaran más derrotas electorales, por ende, expulsó a su coordinador general de programas sociales, realizó un cambio en la titularidad en la Secretaría de Gobernación y en esos reacomodos, también expulsó del Edén a su operador jurídico y político Julio Scherer.

Como cascada, se dieron varios efectos colaterales a los nuevos reacomodos de las fuerzas políticas. Uno de estos, fue el que protagonizó el Tribunal Electoral, quien sufrió “cuartelazos” por parte de sus integrantes para quitar y poner a sus presidentes. Como olvidar, cuando el entonces presidente del Tribunal llamó “manada” a sus pares, lo que resultó en la gota que derramo el vaso, pues sus compañeros lo destituyeron para imponer a un presidente momentáneo, lo que dio paso a una crisis institucional que ponía en tela de juicio al todo el sistema electoral mexicano. Finalmente, el tema se resolvió, no sin antes dejar herida en su legitimidad a la institución electoral.

Por último, el año nos dejó a una sociedad más polarizada políticamente, fiel reflejo de lo que sucede en la arena política. Un año que merece ser analizado con lupa y reflexionar para aprender, porque se viene tiempos más recios para el país.

Omerta: El 2021 fue un año lleno de altibajos, tuvimos muchas sorpresas y muchas levantadas de ceja. Por un 2022, más próspero y justo.