Retrato Ormeta-Donald Trump y el falso nacionalismo de AMLO

En una de sus últimas obras, el más destacado escritor de la corriente literaria denominada el Nuevo Periodismo narró con mucha lucidez el pasaje conocido como el “mono-león”, una historia que tiene como eje central a un amo que decide adoptar un mono salvaje y que para amaestrarlo decidió utilizar técnicas no de cariño o comprensión sino por el contrario utilizó técnicas agresivas en momentos confusos. En concreto, el dueño siempre da una golpiza tremenda al mono cuando menos se lo espera, lo que provoca que el mono entra en una profunda confusión porque no sabe la razón de la golpiza y ante esta incertidumbre, el mono siempre buscaría a toda costa agradarle y mostrarle cariño a su amo. Esto es, el amor y obediencia del mono al dueño deviene en que este último ejerció una terrible violencia sobre su animal. 

Esta técnica del “mono-león” es que la utiliza el ex presidente norteamericano Donald Trump a la hora de negociar, pues no se caracteriza por ser un líder ameno y empático, sino todo lo contrario, es un negociador que siempre da manotazos en la mesa o que siempre trata de asfixiar la credibilidad de su contraparte. Donald Trump vocifera amenazas, se pone inflexible en su postura y golpetea como nunca a la persona que intenta negociar con él; todo el mundo sufrió en alguna ocasión la soberbia del magnate inmobiliario y en especial México sufrió en carne propia el estilo de esta negociación. 

Desde su campaña presidencial, Trump siguió la ruta de levantar los caídos ánimos norteamericanos mediante una campaña de odio y para esto, eligió a los migrantes como su piedra angular, pues acuso que la migración es una de las principales causantes de que la economía no creciera y que la inseguridad se disparará. Más aún, acusó de que México envía a suelo norteamericano a delincuentes y violadores, y que esto, no era más que un síntoma de que se estaban aprovechando de la benevolencia del país de las barras y de las estrellas. El lema de campaña de Trump “América primero” trajo como consecuencia la necesidad de doblegar a su vecino del sur para lograr el fin propagandístico. 

Ya jefe de la casa Oval, Trump fustigó a Peña Nieto. Sin embargo, no fue sino hasta que AMLO llegó a Palacio Nacional cuando comenzó a lograr sus objetivos, esto es, se impuso la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas sino se frenaba el flujo migratorio en la frontera con Guatemala. De tal forma que, el gobierno mexicano débil en la negociación y dudoso en sus convicciones, cedió de inmediato a los caprichos de Trump y sin chistar, mando a efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur del país para que frenaran a las caravanas migrantes a como diera lugar. El tema se celebró con una amplia sonrisa del jefe de la Casa Blanca y el presidente AMLO celebró un mitin en Tijuana porque de esta situación había salido airosa la dignidad y el nacionalismo mexicano. 

Nada más alejado a la realidad, pues hace unos días Trump dijo que amenazó y le dijo uno que otro amago al gobierno mexicano, quien sin una defensa digna cedió de inmediato al capricho del magnate. Es más, Trump aseguró que no había visto a nadie doblegarse tan fácil ante una petición suya, de ese tamaño quedo retratada la dignidad de este gobierno y el falso nacionalismo del presidente. No obstante, esta declaración de Donald, el presidente no respondió a lo dicho por su antiguo homologo, sino todo lo contrario, se le fue en elogios. De ahí que, no cabe duda de que a nuestro Presidente le aplicaron la técnica del “mono-león”, pues hasta el día de hoy vemos su amor y obediencia ciega al magnate. 

Ormeta: Por ahí dicen que el presidente de la Corte anda muy confundido, pues ha perdido mucha fuerza con sus pares por su cada vez más ruidosa cercanía con el inquilino de Palacio Nacional.