Retrato Ormeta-¿Las autoridades tienen libertad de expresión?

La teoría clásica de los derechos humanos señala que sólo las personas físicas tienen derechos fundamentales/humanos, y cuando escuchamos que en algún país se reconocieron derechos humanos a personas morales o animales, entonces nos encontramos frente a una innovación en la materia que aún no sale del complejo debate filosófico-jurídico de si deben o no reconocerles a dichos entes. Así que, en lo que no hay debate es que las personas de carne y hueso tienen derechos humanos, derechos que poseen por el simple hecho de ser persona y que con el paso del tiempo esos derechos tienen a ampliarse en su contenido, por es, tenemos que hoy es un derecho humano el derecho a la educación, lo que hace un siglo no era considerado como tal un derecho.

Ahora bien, dentro de los derechos humanos tenemos una rama que los juristas han denominado derechos civiles y políticos, derechos que no son más que garantías que puede ejercer toda persona para que pueda vivir y participar en una sociedad democrática, como por ejemplo, tenemos dentro de esta rama el derecho a votar, el derecho de reunión y también se clasifica aquí la libertad de expresión. En efecto, la libertad de expresión es fundamental para que cada persona puede ser parte de una comunidad política, pues sin una circulación de ideas libre y sin expresiones de todo tipo sería imposible pensar en una pluralidad de pensamientos que son el germen perfecto para que nazca la democracia. De ahí, la importancia que tiene esta libertad en la comunidad.

Los teóricos del derecho han desarrollado dos vertientes de la libertad de expresión. La primera de ellas, consiste en que la libertad de expresión es vital para las personas porque les permite expresar sus sentimientos, sus ideas y sus preferencias sobre diversos temas. La segunda vertiente tiene una dimensión social, pues conlleva a que como sociedad ganamos mucho que haya libertad de expresión porque así hay una circulación de ideas y de pensamientos, lo que permite que haya una gama de ideas que pueden ser elegidas, confrontadas o seguidas. No obstante estas dos vertientes, hay un consenso generalizado en que la libertad de expresión jamás protege discursos de odio o discriminación, esto es, aquellos discursos no tienen cabida y pueden ser expulsados del debate sin afectar la libertad de expresión porque esta no los cobija.

Ahora bien, en el debate actual surge la cuestión de si las autoridades tienen y gozan de la libertad de expresión. La respuesta en simple y es un rotundo NO, porque las autoridades son reflejo del Estado, este ente que actúa siempre con la fuerza pública, por lo que, nunca vamos a escuchar que tal Estado tiene el derecho a expresarse de forma libre. Por otro lado, los funcionarios públicos sí gozan de la libertad de expresión, pero de una forma diversa y limitada a cómo la ejerce cualquier persona, esto es, los funcionarios públicos gozan de una limitada libertad de expresarse porque para bien o para mal son representantes del Estado, son personas investidas para ejercer el poder público.

Por tanto, cualquier expresión de un funcionario público debe tomarse con cautela porque no pueden andar diciendo lo que se les venga en gana, pues son reflejo de la autoridad que esta respaldada por ese monstruo llamado Estado. De ahí, lo peligroso que un presidente la República en su espacio mañanero utilice la tribuna para vociferar contra aquellas personas que piensan distinto a él y que bajo el escudo de su libertad de expresión, se le olvida que no sólo habla el ciudadano sino el jefe de Estado que tiene detrás de él a toda la fuerza legitimada que le da su cargo.

Omerta: A muy pocos sorprendió la votación del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde 4 ministros simpatizantes de la 4T estuvieron de acuerdo en que no debía movérsele ni una coma a la pregunta aprobada por el Legislativo, pregunta que por cierto, es más de ratificación que de revocación.