Retrato Ormeta-La Revocación de Mandato: ¿Triunfo o derrota de la 4T?

Por primera vez en México, el pasado fin de semana se celebró el ejercicio de revocación de mandato. En efecto, los ciudadanos tuvimos la oportunidad de acudir a las urnas a decidir la continuidad del titular del Poder Ejecutivo, una oportunidad democrática que se estrenaba en el juego político del país. Así, dejando atrás que este ejercicio fue convocado en su gran mayoría por bases electorales del partido en el poder y que la pregunta que se pondría en la papeleta para revocar del poder al Presidente fue a parar a la instancia judicial porque la oposición argumentaba que era una pregunta de ratificación y no de revocación, a pesar de ello, se puede afirmar con certeza que hubo una considerable afluencia en las urnas.

Así es, se calcula que aproximadamente acudieron a votar entre el 17% al 18% del padrón electoral, por lo que, quiere decir que salieron alrededor de 16 millones de mexicanos a expresar su sentir en las urnas. De esta cifra, 15 millones de personas decidieron que el presidente López Obrador debe continuar en el cargo, una cifra nada menor y que es envidiable para cualquier personaje que esta en el escenario político. No obstante, la considerable cifra de votos que logró convocar el líder de Palacio Nacional para que lo ratificaran, es una cifra que se quedó muy lejos de los 37 de millones de votos que se necesitaba para que el ejercicio fuera vinculante para tener efectos jurídicos.

Así, a pesar del triunfalismo del presidente y de MORENA por el resultado de este ejercicio democrático, la verdad es que fue una victoria agria o mejor dicho fue una derrota ganando. En efecto, es cierto que 15 millones de mexicanos dieron su respaldo al presidente, pero también es igual de cierto que en la elección presidencial de 2006 y de 2012, López Obrador obtuvo casi la misma cantidad de votos que en esta salida a las urnas, por lo que, es válido creer que el presidente López Obrador sigue contando con el respaldo incondicional de las mismas personas por más de una década. Nos quedó claro que el presidente tiene un “voto duro” de 15 millones de personas que siempre lo acompañaran pase lo que pase, un voto leal que siempre acude a las urnas a respaldarlo.

Más preocupante resulta que se usó todo el aparato del Estado para promocionar la participación, tapizaron todo el país con propaganda, el titular del Ejecutivo se avoco desde sus mañaneras a incitar a la colaboración en el ejercicio y varios actores políticos violaron la ley electoral para impulsar que la ciudadanía acudiera a las urnas. Sin embargo, todo este esfuerzo resulto en vano porque sólo lograron movilizar al “voto duro” del presidente, un voto que ya no necesita convencimiento a diferencia de otros sectores de la sociedad que decidieron con su ausencia hacerle el vacío a la convocatoria impulsada por el inquilino de Palacio Nacional. Esto es, ni con toda la fuerza del Estado lograron volver a convencer a más personas a salir a respaldar al poder presidencial.

Con la cabeza más fría, los titulares del poder público deben analizar con cuidado los votos que salieron a ratificar y estudiar con detalle las zonas en la cuales la poca afluencia a las urnas fue por mala operación política o por un real descontento hacia el presidente. Sumado a ello, se debe apapachar o jalar las orejas a aquellos actores políticos que se comprometieron a una mejor participación ciudadana, pues debe analizarse quiénes sí tienen los espolones para ser operadores políticos y quiénes sólo deben ser burócratas de cubículo. Ellos sabrán con certeza sí la revocación de mandato fue un fracaso o un éxito de respaldo popular.

Ormeta: A más de uno, sorprendió el voto del ministro Alfredo Ortiz Mena, en el cual dio su respaldo a la constitucionalidad de la controvertida Ley Eléctrica…. Será que se anda moviendo para la presidencia de la Corte, es pregunta.

TFA