Reflexiones del galeno-Prevención del suicidio, tarea de todos

Daniela Aguilar Torres

Fiesta mexicana, comida, tequila y entre otras cosas es lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en el mes de septiembre, pero ¿Sabías tú que en septiembre también es el mes de la prevención contra el suicidio? Creo que escasas son las personas que saben este dato, porque aún incluso con que es un problema de salud pública importante a menudo es bastante descuidado, poco volteamos a ver todas esas vidas que se quedaron en la cuerda floja o peor aún, poco nos damos cuenta de a quién podemos darle una mano antes de que suceda lo inimaginable.

Cada año, la OMS reporta más de 700 mil personas que se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. En marzo del 2020 con la llegada del Covid-19, se incrementó el número de personas que experimentan sentimientos de pérdida, sufrimiento y estrés, si bien la pandemia vino a recordarnos que hay muchas cosas que podemos poner en pausa, la salud definitivamente no es una de ellas. A muchos de nosotros, y me incluyo, se nos dio la oportunidad de romper con esa monótona rutina de la que tanto nos quejábamos y poder darnos el respiro que queríamos desde hace tiempo, sin embargo para otros tantos ni de broma existía la opción de un descanso ni mucho menos la de quedarte en casa, entre ellos nada más y nada menos que los trabajadores de la salud.

La tasa de suicidio ha incrementado, pero entre el personal de salud este índice es mayor que el de la población general y para los que no sabían este dato, la morbilidad ya era alta en la profesión sanitaria incluso antes de la pandemia.

Al principio empezamos como “héroes”, a mi parecer sólo entre comillas porque realmente no había una remuneración para todas las personas de primera línea contra esta batalla, después cuando la gente ya no quiso cuidar más de si y de los demás, pasamos a comentarios como “pues es su trabajo”, “para eso estudiaron”, sí, en efecto estamos para salvar vidas pero no para morir por ellas, mucho menos por los que no acatan la responsabilidad como propia.

Las muchas horas de trabajo, las pocas horas de sueño, las múltiples altas y bajas de casos y contagios, la muerte de infinidad de pacientes, de seres queridos, de amigos y compañeros de trabajo, aunado a la incertidumbre de no saber si la siguiente persona eres tú creo que es motivo suficiente para

un día no querer levantarte de la cama nunca más. Siempre mitificamos el hecho de porque una persona se quita la vida dando justificaciones acerca de lo ocurrido, cuando la verdad es que en estos tiempos en que nada es seguro le puede pasar a cualquiera, dejemos de pensar que no podemos hacer nada por los demás, si bien es necesario de un profesional de la salud para estos casos, muchas veces podemos ser la razón por la que alguien cambie de opinión, démosle la importancia que este tema merece, la prevención del suicidio es tarea de todos, promovamos la salud mental y seamos agentes de cambio, no siempre las cosas se solucionan con un “échale ganas”.

Usar un equipo de protección, que seamos responsablemente activos y prestar atención a quienes nos rodean puede evitar muchas muertes, aparte del coronavirus, las más importantes, nos salva de nosotros mismos.