Reflexiones del galeno-Ni una bata más

Reflexiones del galeno-Ni una bata más

Los médicos no somos guerreros, no somos héroes y mucho menos soldados. Nuestras muertes no deben ser romantizadas, no deben ser suavizadas diciendo que caemos en cumplimiento de nuestra vocación o que ofrecemos nuestra vida al servicio de los demás, deben ser cuestionadas, deben ser perseguidas y lo más importante deben ser evitadas.

Ser médico es de por sí una actividad riesgosa, exponemos nuestro pecho a todo tipo de enfermedades infectocontagiosas. Estamos expuestos a enfermedades transmisibles por contacto piel con piel, expuestos a fluidos, expuestos a gotas y partículas que pueden ser inhaladas o que pueden ingresar  a través de mucosas o incluso  nuestros ojos. Somos conscientes de esto, son las letras pequeñas que vienen con el trabajo. Sin embargo, la mayoría del tiempo somos expuestos a riesgos innecesarios propiciados por la falta de equipo de protección y de condiciones adecuadas para desempeñarnos, tan solo con el covid 19 México ocupa uno de los primeros lugares mundiales en infecciones en personal sanitario y desafortunadamente en muertes.

Además del riesgo inherente a la profesión, la situación de inseguridad a la que nos enfrentamos ha crecido de manera exponencial y esto desde mucho antes de que iniciara la pandemia. Al estar a cargo de pacientes de todo tipo de estratos sociales y lugares, nos exponemos a agresiones físicas, verbales y psicológicas. Esto se nota particularmente en los médicos becarios, es decir médicos internos de pregrado, médicos pasantes del servicio social y médicos residentes que en su mayoría son enviados lejos de sus hogares por un sistema de selección de plazas en el que influyen muchísimos factores de los cuales la mayoría están fuera del control de los alumnos. 

La realidad es que las manos capacitadas no alcanzan para cubrir todas las zonas que necesitan asistencia médica, particularmente las rancherías, cabeceras municipales o zonas rurales y con el pretexto de realizar el servicio social ya sea de la carrera o del posgrado, se envía los médicos becarios a cubrir estos espacios. En su mayoría son áreas de trabajo en condiciones subóptimas y con poco acceso a insumos y medicamentos, por lo que es realmente limitado lo que los médicos pueden ofrecer a los pacientes, prácticamente solo pueden atender padecimientos sencillos y reconocer enfermedades que deben ser referidas a otro nivel de atención. El problema de estas zonas es que rara vez están resguardadas por personal de seguridad, inclusive en muchas ocasiones no existe ningún tipo de figura de autoridad , lo único que protege a los alumnos de cualquier tipo de peligro es una puerta, están expuestos a cualquier tipo de agresión.

 Los secuestros, extorsiones y asesinatos de personal becario es una realidad a la que las autoridades han decidido ser ciegos, inclusive permisivos, pues al ser conscientes de esta realidad, lejos de retirar al personal o de  ofrecer alternativas, su respuesta fue ofrecer 2 puntos extras en el examen para aspirar a una especialidad médica, hecho que inclusive parece ofensivo ¿ofrecernos 2 puntos por arriesgar nuestras vidas les parece una solución?

El asesinato de Fernando Montes de Oca en Zacatecas es un hecho que pone de luto a toda la comunidad médica, nos recuerda una realidad a la que nadie ha dado respuesta, ni las universidades , ni las autoridades. Es un hecho que nos demuestra que el riesgo no está solo en las zonas rurales, está en las urbes, en los hospitales, está en todos lados. Es un hecho que nos hace cuestionarnos ¿por qué cuidar a quienes no nos cuidan? Nosotros ponemos el pecho por los pacientes, ¿Quién lo pondrá por nosotros?.

A los médicos se nos deben respuestas, respuestas por el asesinato de Fernando , por el asesinato de Mariana Sánchez en chiapas a inicio de año, por  los 3 estudiantes de medicina en Puebla el año pasado y por los cientos de casos mas.

Es urgente que las autoridades y las universidades tomen conciencia de esta realidad, los estudiantes deben estar en las aulas, deben estar en los hospitales, deben estar resguardados y no solo ellos, todos. No debe caer ni una bata más. Se necesita reformar el plan y la distribución del personal médico, se necesita garantizar nuestra seguridad.

Nosotros los cuidamos a ustedes, regresen el favor.

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