Reflexiones del galeno-Covid19: ¿Cómo es que estamos de nuevo así?

Entre caras largas, desatinos y lamentos discutíamos esta semana entre médicos de base y residentes como se están reorganizando las cosas para poder cubrir las distintas áreas del hospital en esta tercera ola, pues ahora con muchos más casos que el pico máximo pasado y menos manos hay que ingeniárselas para que el hospital no se caiga. Justo en el calor de la plática un compañero residente arrojó un comentario que lleva días dando vueltas en mi cabeza, él dijo “¿Cómo es que estamos de nuevo así? Pareciera que regresamos año y medio atrás y todo sigue igual” y es que sí, se siente justo así, de nuevo las camas llenas, de nuevo las muertes diarias, de nuevo las áreas cerradas, de nuevo se nos cuelan los casos covid por todos lados.

¿Han cambiado las cosas? En cierta manera sí, día con día las cifras de contagio superan el récord anterior y a diferencia de al inicio de la pandemia donde se corría el pánico, hoy todo se inunda de un ambiente de “no pasa nada“.  Los hospitales  están llenos, los bares también, las áreas de urgencias saturadas, los restaurantes también, los ventiladores ocupados, los hoteles en la playa también, la gente sobrepasada por todo esto y nosotros médicos también.

¿Han cambiado las cosas? Desde luego, hoy los hospitales están llenos de pacientes de mediana edad y ancianos. Es pronto para decir que el que cada vez lleguen pacientes más jóvenes al hospital sea producto de la vacunación efectiva de pacientes ancianos, aunque se puede inferir una relación. Apenas ha bajado un poco la incidencia de casos en ancianos, permitiendo la disponibilidad de mayor cantidad de camas a hospitalización de pacientes más jóvenes que quizá en un primer momento de la pandemia no se consideraban prioridad para hospitalizar, aunque he de decir que la relación de pacientes graves no ha disminuido, solo  cambió el rango de edad, aunque esto es meramente especulando por los casos que llegan a nuestras áreas covid.

¿Han cambiado las cosas? Afortunadamente actualmente existe mucho más información y conocimiento respeto al proceso patológico de la enfermedad y alternativas de tratamiento, lo cual nos permite hacer tratamientos más efectivos y poder combatir la enfermedad , desgraciadamente existen aún unidades en el país donde no se tienen los insumos necesarios para aplicar estos tratamientos, ni para cubrir la demanda de personas que están siendo hospitalizadas, por lo que aunque tenemos más información en cierta medida las manos de muchos médicos están atadas por esta realidad.

 ¿Han cambiado las cosas? Sí, para bien o para mal hemos tenido que aprender a vivir con la idea de convivir con el coronavirus, ha tratar de sobrellevar la situación. Hoy estamos tomando decisiones que parecen irreales al ponerlas en el contexto de hace año y medio, como el retorno a las clases presenciales en muchos de los estados de la república por considerarse actividad esencial, el mantener abiertos la gran mayoría de lugares de esparcimiento y el permitir la realización de eventos con una aglomeración importante de personas con la excusa de seguir “protocolos estrictos de protección.

Todo ha cambiado, no necesariamente para bien. Desde un punto de vista epidemiológico una nueva ola de contagios era esperada, aunque la magnitud con la que se ha presentado es producto de la suma de muchas cosas, lo laxo de los protocolos de salud en todos los niveles, desde los impuestos por las instituciones hasta los que han decidido implementar los comercios de forma voluntaria, la poca cooperación de la gente y el cansancio acumulado. Sin embargo, lo que no cambia es que los contagios han ido al alza, las personas siguen muriendo, los hospitales están saturados.

Lo que no cambia es que hay manos dispuestas a ayudar,  que el personal de salud está al frente de la lucha y que el sumarse a los esfuerzos para contener los contagios es una decisión individual que se hace todos los días.