¡Fuera cadenas!- Los NFT

Los tokens no fungibles, o NFT por sus siglas en inglés, empezaron a tener mucho auge a partir de a mediados del año pasado. Hace aproximadamente un año, mi hermano me platicaba de estos tokens, y me explicaba que era una forma para encriptar obras de arte. En ese momento, no teníamos mucha información sobre la funcionalidad o utilidad de esta clase de tokens no fungibles. Incluso, ante la curiosidad, entré a opensea.io —un marketplace, esto es, unapágina donde se venden y compran NFT— para crear un perfil para mi grupo Maddevi. Ante mi poco conocimiento de ello y, sobre todo, guiado por la curiosidad, subí unas fotografías de nosotros y las puse a la venta… aún no se vende ni una sola, pero allí están.

El punto a lo que voy con todo esto es que, con el paso del tiempo, empezamos mi hermano y yo a explorar y letrarnos más sobre este concepto de tokens no fungibles. Después de revisar muchos videos, platicar con otras personas que son más expertas sobre este tema que nosotros, acudir a foros especializados sobre estos temas —como el organizado por Día Fintech anualmente (les recomiendo revisar su podcast)—, y discutir ideas con amigos, mi hermano y yo hemos ido conociendo un poco más sobre la utilidad que los NFT pueden traer.

Pero antes de explicarles sobre la utilidad que yo entiendo de los NFT, les comentaré qué son estos tokens. Como tal, un NFT es un producto digital —llámese foto, video, música, boleto, etc.— que se encripta en la llamada blockchain. La blockchain es literalmente una cadena de bloques digitales donde se lleva un control de los actos que se celebran en ella. El éxito de esta tecnología es que el control o seguimiento de esos actos es supervisada por todas las personas o nodos que son parte de la cadena; puesto de otra forma, no hay un control centralizado de los actos que allí se celebran, sino que el control y verificación de los actos es realizado por los mismos usuarios de manera descentralizada. La totalidad de los usuarios de la blockchain seremos los nodos que participan en ella. Por ejemplo, si yo le mando 100 Bitcoins (ojalá las tuviere) a mi hermano, él las recibirá y podrá disponer de ellas una vez que se confirme esa transacción entre un número mínimo de los propios nodos que participan en la blockchain, así, una vez confirmada la transacción, ésta se integra como un bloque a esta cadena interminable de transacciones. Esta tecnología se popularizó con la Bitcoin, una cripto divisa, actualmente es empleada por una infinidad de monedas digitales, así como por los NFT.

Como se podrán imaginar, las transacciones en la blockchain son sumamente seguras, pues al no depender de una sola persona en particular, difícilmente podrían hackearse o robarse. Para lograr eso, prácticamente tendrían que ponerse de acuerdo todos los nodos de la cadena digital para hacer un cambio a alguna transacción ya realizada, cuestión que se antoja sumamente complicada y cercana a lo imposible.

Bueno, los NFT se basan en la misma tecnología de blockchain, solo que en lugar de transarse cripto divisas, se transan bienes no fungibles. Por bienes no fungibles entendemos aquellos que no pueden ser repetidos, que son únicos. Por ejemplo, un bien no fungible podría ser el primer manuscrito de Pedro Páramo escrito por Juan Rulfo, solo hay un manuscrito de Pedro Páramo, por tanto, es un bien único e irrepetible. Otro bien único e irrepetible (no fungible) sería el mítico bajo Höfner de Paul McCartney, pues solo hay uno. Algo similar pasa con los NFT, nomás que, en lugar de ser bienes físicos, son digitales. El bien digital se encripta, se monta en la blockchain, y se pone a la venta o, puede ser el caso, simplemente se transfiere. Así, la no fungibilidad de ese bien digital está garantizado por la misma blockchain y sus transacciones se realizan allí. 

Como tal, las NFT explotaron el año pasado por su aplicación en obras de arte, sean imágenes, videos, o canciones. Suena algo irracional pagar un dinero por una canción que puedo escuchar en cualquier plataforma de streaming como Spotify, el tema es que hay gente que es muy aficionada a un determinado grupo y, por tal, estaría dispuesta a pagar una cantidad importante de dinero para ser dueña de la mezcla o máster original de un álbum de su grupo favorito. Esto es facilitado por las NFT.

Ahora, las NFT también representan proyectos. Por ejemplo, digamos que mi hermano y yo decidimos montar un proyecto para apoyar a los artistas independientes en México y, como parte de ese proyecto, decidimos lanzar una colección de, digamos, 10,000 NFT que pondremos a la venta. Cada uno de esos 10,000 NFT serían únicos, tendrían ciertos elementos que los hacen irrepetibles; digamos que los NFT son imágenes que se crean de manera aleatoria con base en unas caricaturas que nosotros diseñemos. Entre más rareza tengan los elementos que componen a un determinado NFT, más valioso sería. El caso aquí es que esos 10,000 NFT no valen por sí mismos, sino que representan un proyecto, en este caso, el apoyo a grupos de artistas independientes en México. Mi hermano y yo, como líderes de ese proyecto, tendremos que generar valor a esos tokens, se me ocurre, quizás, la organización de conciertos o eventos. Entre más valor le agreguemos a nuestro proyecto, más valor tendrán los NFT por la simple oferta y demanda.

Sobre esta misma idea, mi hermano y yo hemos visto que quizás los NFT no solo pueden ser utilizados como bienes artísticos que representan un proyecto, sino también como bienes digitales que otorguen derechos a los tenedores de esos productos. Algo así como una acción de una empresa, por hacer una similitud. Continuemos con el ejemplo del proyecto de apoyo a los artistas independientes, podría ser el caso que 100 de los 10,000 NFT lanzados otorguen el derecho a sus titulares para entrar a un concierto de mi grupo, Maddevi. Los tokens de esta naturaleza también podrían ser utilizados como boletos tal cual para acceder a un evento deportivo o musical, o tal cual para distribuir dividendos entre sus tenedores.

También podríamos utilizar los NFT para cosas de mayor utilidad en el día a día, por ejemplo, para el registro civil, poderes judiciales, o celebración de contratos; sea para que las actas de nacimiento o las sentencias de los tribunales sean tokenizadas. Al tokenizar en la blockchain esas clases de actos jurídicos, se garantizaría mayor seguridad a quienes intervienen en ellos y se les otorgaría a sus tenedores ciertos derechos. Incluso algunas empresas que se dedican a levantar capital del público en general podrían otorgarles a sus inversores uno o varios NFTs que contengan derechos sobre el pago de rendimientos generados con motivo de la inversión inicial.

Como es de verse, las NFT tienen una infinidad de oportunidades para ser empleadas a favor de la sociedad en general. Hoy, el acceso a ellas sigue siendo muy limitado tanto por los costos como por el desconocimiento, pero si se logra facilitar la participación de más personas a ellas, podríamos lograr que la sociedad tenga a su alcance mejores herramientas para el día a día.