¡Fuera cadenas!-Los conflictos de intereses, vaya que sí

El líder de la lucha contra el lavado de dinero, el Dr. Santiago Nieto Castillo, “fue renunciado” el lunes a altas horas de la noche. Esto nos dejó con el ojo bien cuadrado, más aún porque quien llegó a suplirlo fue nombrado prácticamente al mismo tiempo en que se anunció la salida de Nieto de la Unidad de Inteligencia Financiera. Si tomamos en cuenta los resultados que había obtenido Nieto a lo largo de los casi tres años que estuvo al frente de la UIF, así como lo acontecido a lo largo del fin de semana pasado, vaya que sorprende la salida tan abrupta del Dr. Nieto. 

En lo que va del sexenio, Nieto se había mostrado como uno de los integrantes del ejecutivo (aquellos que dependen del presidente) con mayor preparación y —por lo menos desde mi perspectiva— con mayor integridad. Algunas de las personas que integraron ese equipo en particular son personas a las que admiro y respeto mucho. Les he aprendido muchísimas habilidades como abogado a esas personas; les reconozco su calidad jurídica y, sobre todo, personal.

No podemos negar que lo acontecido este fin de semana con la boda de Nieto en Antigua, Guatemala —si lo contratamos con la narrativa de austeridad gubernamental— no encuentra perfecta sintonía, pues fue un evento socio-político de alto perfil. Sin embargo, al tomar en cuenta los perfiles de los consortes (ambas personas con altos cargos públicos), no suena insensato el evento nupcial entre Nieto y Humphrey, máxime que éste, hasta donde tengo entendido, no fue extravagante. Esto es, si bien el evento sonó como algo incongruente con la 4T, éste no resultó ser así. 

Observemos, sin embargo, el ambiente político que se percibía durante estos últimos años. Por lo menos a nivel público, se conocía la incompatibilidad de Nieto con el fiscal general Gertz Manero. No fue desconocida entre medios la incompatibilidad entre Nieto —una persona de la cual no se le sabía irregularidad alguna— y Gertz —una persona que en el último año ha mostrado múltiples irregularidades en su cargo—. 

Gertz, como se ha informado por diversísimas fuentes, ha ejercido su poder como fiscal general de la república para atender a sus propios intereses; ello ha sido documentado por distintos medios. Algunos de los casos sonados en los que ese abogado ha intervenido —y de los cuales se tiene dudas sobre su imparcialidad— es en la acusación del propio Gertz en contra de Laura Morán (su cuñada) y Alejandra Cuevas (su sobrina); así como en el asunto relacionado con la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). 

Del primero de los casos que aquí menciono, resulta que se ha perseguido a Moran y Cuevas por supuestamente haber propiciado la muerte del hermano de Gertz —Federico, entonces esposo de Morán—. A lo largo de ese procedimiento penal, se han denunciado públicamente por parte de los familiares de Morán y Cuevas la extorsión por parte del fiscal para que se les garantice su libertad a cambio de la entrega de piezas de arte que fueren parte del patrimonio de Federico Gertz. Desafortunadamente, al día de hoy, se encuentra presa la señora Cuevas con motivo del aparente ejercicio indebido de funciones del fiscal Gertz.

Por otro lado, en lo referente a la UDLAP, se han dado a conocer los diversos litigios que durante cerca de 15 años ha tenido la Fundación Mary Street Jenkins en contra del propio fiscal Gertz. Hoy en día, a pesar de ese interés personal que ha mostrado el fiscal Gertz en lo relacionado por la UDLAP, la fiscalía ha ejercido actos para someter a su control a la UDLAP. Estos actos llegan al grado de desobedecer órdenes de jueces federales, lo cual solo demuestra la falta de respeto al Estado de Derecho por parte del gobierno.

Si tomamos en consideración el desencuentro de Nieto con Gertz, y contrastamos el escándalo (léanse estas cursivas con ironía) de la boda de Nieto con el verdadero escándalo de Gertz en los asuntos que ya les comenté, podemos concluir en lo siguiente: el sujeto con nula calidad ética y moral continúa ejerciendo un alto cargo público mientras que una persona de altísima solvencia como persona ha sido cesado de su cargo, por lo que aquel “ganó” el desencuentro con éste último.