¡Fuera cadenas!-El cinismo gubernamental

El Estado es una ficción que, por lo menos en la teoría, debe proporcionarnos seguridad; nosotros, a su vez, rendimos “tributo” al Estado para que éste cuente con los recursos necesarios para lograr con su cometido. Toda vez que el tributo que nosotros aportamos al Estado proviene de nuestro trabajo, se crearon instituciones para evitar el abuso en el ejercicio del poder que le corresponde al Estado, así como para fiscalizar la disposición de esos recursos. 

Los recursos que todos los ciudadanos aportamos al erario deben destinarse al cumplimiento de los objetivos del Estado; el primero de ellos es la seguridad, tanto personal como jurídica. Después vienen otra clase de garantías para cuestiones menos trascendentales para el día a día; por ejemplo, actividades de esparcimiento. No niego la importancia de éstas últimas, pero las personas somos más sensibles a la ausencia de la primera.

En lo que va del año, Guadalajara ha sido testigo de diversos actos que demuestran un total incumplimiento al deber del Estado para proveernos de seguridad. Cada vez es más común escuchar —a mí me tocó hace un año— historias de personas que han sido víctimas de delitos, desde robos menores, pasando por asaltos, secuestros, homicidio y hasta desaparición de personas. Todo esto es el pan de cada día de Jalisco. 

La situación empeora con cada día que transcurre ante la inacción y cinismo del gobierno estatal. Es de todos conocidas las situaciones delictivas que han acontecido en la zona metropolitana de Guadalajara en el último mes. El enfrentamiento entre fuerzas federales, escoltas y criminales en la zona de Andares —donde, por cierto, brillaron las autoridades policiacas locales por su inutilidad—; el ataque armado dentro del palenque de la feria de las Fiestas de Octubre —el cual fue asegurado un solo día, casualmente un día que no había evento—, y el homicidio del titular de SEAPAL de Puerto Vallarta, Jalisco, en un restaurante en la colonia Providencia.

Como tapatío, yo espero que las autoridades presenten alguna especie de plan para bajar la incidencia delictiva, ¡lo que sea!, pero quiero ver al Estado —el encargado de garantizar nuestra seguridad— haciendo algo. Sin embargo, resultó que las autoridades prefirieron continuar con la organización del espectáculo de Sergio Pérez en la glorieta Minerva. Por cierto, dudo mucho que ese espectáculo haya sido gratis, alguien tuvo que haberlo pagado. ¿Qué rayos tienen en la cabeza? Eso es cinismo puro, eso transmite que los problemas graves en Jalisco no les importa y que prefieren utilizar los recursos que nosotros tributamos en darnos circo. Creo que yo, junto con millones de jaliscienses, preferiríamos que se invirtiera en la seguridad.

El objetivo primordial del Estado no se está cumpliendo en Jalisco desde hace ya mucho tiempo. Esa falla se ha recrudecido aún más en las últimas fechas, sin embargo, los titulares del poder prefieren enfocarse a darnos espectáculos que en nada abonan a resolver los graves problemas de criminalidad. En parte esta falla también es causa del propio diseño de las estructuras del Estado, ¿por qué nos tenemos que aguantar seis años a que los gobiernos cambien?, sería interesante reflexionar sobre los modelos parlamentarios, pero, como se los comenté en la columna que les compartí el 16 de septiembre del año pasado, el parlamentarismo no es un modelo al cual estamos acostumbrados en México.