Eres magia-Niñas bonitas y niños fuertes

Eres magia-Niñas bonitas y niños fuertes

Hace algunos días conversaba con una madre que me contaba la experiencia que acababa de tener con su hija de un año. Esta experiencia no ha sido asilada y ha llevado  a esta madre a reflexionar sobre un tema muy importante: las expectativas de la sociedad de acuerdo al género de las personas. Este es un tema que se ha tocado ya en otras columnas, pero creo es necesario ahondar en esto un poco más, e incluir ejemplos. Esta madre narra que muchas veces viste a su hija con pijamas de color azul, gris o con dibujos del Rey león.

Esto aparentemente hace que la gente la confunda con un niño. Menciona que esto se ha hecho algo mucho más cotidiano de lo que ella esperaba, comenta “La gente piensa que ella es un niño cuando utiliza pijamas de colores neutrales, básicamente si no esta usando rosa o un vestido”. El punto central de esta experiencia no es el hecho de  la gente la confunda con un niño, si no, el diverso trato que recibe cuando es percibida como niño a cuando es percibida como niña. La mamá comenta que se ha dado cuanta de cómo la gente la trata completamente diferente cuando piensan que ella es un niño a cuando se dan cuenta que es una niña. Recordemos que esta niña tiene apenas un año. 

Hablemos ahora de los comentarios y los tratos. Cuando se percibe como una niña, las personas siempre comentan en lo bonita que es, hacen comentarios respecto a su vestido, sus accesorios, su cara y su cuerpo. “Que bonita niña”, “Que hermoso vestido, te queda muy bien”, “Que cachetes tan bonitos, ay esos ojos”, “Que coqueta mujercita”.  Por otro lado, cuando la perciben como un niño los comentarios giran en torno a sus habilidades, sus capacidades y sus aptitudes. Comentarios como “Wow que rápido eres”, “Eres muy fuerte”, “Claro que tu puedes solito, mírate nada más”.

Lo más impresionante de toda la conversación fue cuando la madre comentó lo siguiente. “Ahorita ella tiene un año, esto nos sucede desde que ella era una recién nacida”. Entonces, antes de que los niñxs puedan caminar o incluso hablar, como sociedad les estamos diciendo lo siguiente: como mujeres lo más importante de ustedes es su físico y su apariencia, no solo eso, pero eso es en lo que la sociedad se va a fijar y quizás lo que defina su valor. A los hombres, lo más importante de ellos serán sus acciones, capacidades y tus logros. 

Repercusiones cuando cercen: para las mujeres, es una idea que hasta de adultas arrastramos, el físico lo es todo, belleza y juventud, te definen. Hombres, el que gana más, el más exitoso, el que provee, ese eres tú. Todos buscamos reconocimiento, pero se nos encasilla a solo alcanzarlo dependiendo de esto que se nos impone y espera desde bebes. Se vuelve nuestra completa identidad. ¿Sin ellos?, ¿Qué somos? Tenemos que darnos más chance como sociedad y entender que somos personas más allá de las expectativas, que encima de todo ni son nuestras. Sí, es una mujer que se viste a la moda, pero también es una mujer inteligente e independiente fundadora de su propia empresa. Sí, es un hombre que ha logrado convertirse en el arquitecto más joven de su cuidad, pero también es una persona sumamente empática que todos los sábados reparte comida a gente en situación de calle.  Somos más que eso.

Es momento de tomarnos unos minutos para reflexionar lo anterior, por que realmente es algo sumamente importante y con un peso significativo. Primero que nada, no tiene nada de “malo” comentar sobre la apariencia o la ropa de los niños, ese no es el punto. Pero tras esta reflexión quizás como sociedad tendríamos que darnos a la tarea de comentar más sobre las fortalezas, cualidades, habilidades de las mujeres, no solo limitarnos a reconocer su físico o su vestimenta. Ellas también necesitan saber que son más que eso, todas las mujeres, pero más desde pequeñas tenemos que saber que somos más que “niñas bonitas”.  

Por otro lado, ya se podrán imaginar las repercusiones que existen a nivel autoestima al crecer en una sociedad así. Hay que tener algo en claro, estas conductas son sumamente misóginas, y como lo hemos establecido antes, no solo afectan a las mujeres pero a los hombres también. Imagínense, desde pequeñxs tener que cumplir expectativas de acuerdo a nuestro, sexo, género y familia. Ninguna de estas siendo nuestras. ¿Qué pasa cuando no se logran? Son pequeños golpes contantes en la autoestima de cada persona. Nos llenamos de inseguridades y de el famoso sometimiento de “nunca ser suficiente”.

Claro que nunca vamos a ser suficientes si nos evaluamos con estándares ajenos. Hay repercusiones severas en el autoestima al ser este tipo de sociedad. Entonces, claro que tampoco es algo sorpresivo tener temas de trastornos de salud mental como ansiedad o depresión donde surgen estos pensamientos rígidos, de ser rechazo, no suficiente, y una decepción. Una vez más creo que como sociedad tenemos que pensar, reflexionar, cambiar y ser mejores que esto. 

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