Eres magia- La sociedad del cansancio

Les voy a pinar un escenario esperando que no se identifiquen, pero sabiendo que lo más probables es que lo harán. Una semana ajetreada calendario lleno de actividades, trabajo, estudio, familia, vida social, ejercicio, comidas y tareas por terminar. Cualquier “espacio libre” se llena con pendientes y cosas por hacer, por adelantar. De hecho, no hay tal cosa como “espacio libre”. Los fines de semana, igual llenos de los eventos, comidas y juntas de familia y amigxs que no caben en la semana.

¿Suena algo familiar? Cuál es el común denominador, el ritmo constante, el “estar haciendo algo todo el tiempo”, engañándonos con la idea de que eso es la productividad, hacer cosas, tachar pendientes en nuestra lista de “to-do´s”. Pero si creemos que solo eso es la productividad pronto nos daremos cuenta que estamos muy equivocadxs. Recordemos que el autocuidado, es decir abrir espacios diariamente, sí DIARIAMENTE, para preguntarnos qué necesitamos y más importante dárnoslo, también es ser productivx y más que nada sano, para nuestra vida física y nuestra salud mental.

En este capitalismo en el que vivimos hoy en día, no hay forma en la que le podamos prestar atención a las cosas por el nivel de cansancio que manejamos, estamos en constante estimulación (trabajo, noticias, periódicos, redes sociales) y esto puede y llega, a ser sumamente abrumador y agotador.

Estamos sobresaturados de actividades, no paramos, y hasta podemos llegar a estar en un “modo automático”, en donde cómo lo mencioné anteriormente en otra columna ya no podemos ni pensar críticamente ni cuestionarnos nada por que no nos da la energía, ni las ganas. Es natural que los trastornos mentales como la depresión y ansiedad, estén a la orden del día y no solo eso, pero que estén incrementando los números con los años.

El mundo allá afuera es difícil, el cambio climático, el hambre mundial, las guerras, las pandemias, el desempleo, la crisis de agua, el machismo, el clasismo, los feminicidios, la misoginia, y si continuo la lista, sería eterna. Las necesidades básicas se están viendo mermadas, con trabajo podemos cubrirlas, entonces aventurarnos a encontrarle sentido a la vida, a cuestionar ideas, creencias, y preguntar realmente qué quiero hacer con mi vida, claramente queda en segundo plano, primero tenemos que sobrevivir. 

Estamos tan saturados, que el cansancio mental y cansancio físico, son una constante en nuestro día a día, tanto que ya hasta lo hemos normalizado y “aprendido a vivir con él”. Ya no hay espacio tampoco para decir hoy voy a hacer algo para solucionar o aliviar esto. Vivimos en una sociedad que se centra en el futuro como si éste fuera hoy.

Dejando de lado nuestro presente y me atrevería a decir que pocas son las personas que realmente disfrutan y hacen conciencia de su vida hoy. Que fuerte que decidimos vivir nuestra vida tan enfocados en el futuro y tratando de controlarlo en todos sus aspectos (y recuerden que eso es un intento fallido), que cuando volteemos a ver el pasado, y nos preguntemos si realmente lo disfrutamos, no tengamos respuesta, porque estábamos tan enfocados en el futuro y que el hoy nos pasó sin darnos cuenta.

Esta este discurso que todxs hemos escuchado e incluso enunciado “pues para que hago algo al respecto, si nada va a cambiar”. Se podría decir que es completamente aceptable que por el mismo cansancio no tenemos espacio, ni ganas de conversar sobre todos los problemas que existen hoy en día a nivel sociedad y lo que puedo hacer yo para “poner mi granito de arena”. Pero también es cierto que a veces subestimamos este “granito”.

Llámese reciclar, usar productos que no hagan pruebas en animales, usar más consciente el agua, abrir espacio de conversación, educar, leer y cuestionar. 

Por lo regular hay dos tipos de personas, los que tienen la siguiente ideología: “me voy a enfocar en yo ser feliz primero y luego ayudar a los demás o al mundo”. Otras personas dirán “yo tengo que poner mi granito de arena primero y hacer algo al respecto”. Pero que me dirían si les dijera que en realidad estos dos tipos sí tienen algo en común. Como lo he mencionado ya en casi todas mis columnas, el ponernos como prioridad hace que seamos personas funcionales física, emocional, cognitivamente y que aporten algo bueno a la sociedad, denle el nombre que quieran a este aporte.

Entonces, el primer tipo de personas que mencioné al ponerse como prioridad eventualmente también están haciendo algo por la sociedad, porque están tomando la responsabilidad de su persona y eventualmente si todo sale de acuerdo al plan, se volverán miembros más funcionales de esta sociedad y por ende contribuirán a su mejora. Primero tenemos que hacer las cosas con las que nosotxs nos sintamos cómodos y que sintamos que necesitamos. ¿Por qué como vamos a frenar el cambio climático?, ¿Tirar al patriarcado?, ¿Acabar con el hambre en el mundo? Si para empezar mi persona a nivel físico y salud mental no esta bien. 

¿Nos hemos detenido a pensar qué es lo que necesitamos hacer nosotrxs para estar en paz con nostrxs mismxs? Por ejemplo en el activismo, en feminismo, en ser vegetarianx, veganx, en cuidar las palabras que decimos, en lo que hacemos, en deconstruirnos, en automonitorearnos. No me refiero a que tengamos todxs que hacer esto si no queremos. Pero, ¿tan siquiera sabemos que tenemos que hacer para sentirnos bien?

¿Cuáles son los paso a seguir?, ¿Las medidas a tomar? Volvemos a las primeras columnas identificación y autoconocimiento conceptos básicos para saber que queremos de la vida, de nuestra vida. Quizás no voy a cambiar el mundo con mis acciones, pero cambiaré mí mundo y mí existencia.

Reconociendo y quizás con suerte, conociendo cuál es mi propósito y qué es realmente lo que quiero hacer y ser. Hacer lo que necesito para sentirme satisfechx con lo que hice en el mundo y en mí vida. Si esto le ayuda a alguien más en el futuro o en la actualidad, sería un enorme beneficio extra. Pero recuerden una vez más nosotrxs somos nuestra propia responsabilidad y es hora de que nos pongamos como prioridad.