En Busca del Estado Perdido-La verdadera oposición

Ante el desdibujo de los partidos políticos de oposición, quienes han surgido como verdaderos contrapesos políticos del régimen han sido los medios de comunicación. Si bien es cierto que nunca como ahora se había cuestionado tanto a un Presidente, también lo es resultado del vacío generado por una oposición ausente del escenario político nacional.

La presencia de algunos actores como los gobernadores Enrique Alfaro de Jalisco, Javier Corral de Chihuahua o Jaime Rodríguez “El Bronco” de Nuevo León, quedan en el mero anecdotario, con arranques llenos de ocurrencias, pero carentes de sentido de estado, mucho menos de rumbo nacional.

Con un discurso de confrontación bajo el argumento de una mayor distribución de los ingresos fiscales federales a sus estados, pretexto para los cinco minutos de fama, no para generar una verdadera reflexión nacional. Acostumbrados al paternalismo centralista, su alegato se reduce a que les den más dinero, jamás fue en torno a cómo generar más ingresos. Lo saben, tener mayores recursos económicos para la hacienda del estado implica necesariamente más impuestos -no hay formulas mágicas- con un consecuente costo político que no quieren asumir, su solución simplista es: Federación sálvanos.

Sumemos a esto que los dirigentes de los partidos nacionales de gran tradición están entregados o se perdieron.

A más de un año del siguiente proceso electoral, el dirigente del Partido Acción Nacional -el único que luce con posibilidades no de ganar sino de ser un contrapeso- Marko Cortés, dio por adelantada la derrota en 5 de los 6 estados que tendrán elecciones en el 2022. Es como si un general le dice a su ejército “Vamos a la batalla, la perderemos”.

Por su parte Alito del PRI, dividiendo a quien en el pasado mostró y enseñó institucionalidad. Las disputas internas de los priistas son de todos conocidos, la ausencia de acuerdos se vio en la selección de sus candidatos, políticos de gran prestigio fueron ignorados, la molestia se refleja, el PRI a punto de ser intubado.

El PRD tratando de sobrevivir. Al borde de su extinción, prácticamente desaparecido, una víctima más de la falta de acuerdos y de liderazgo.

Dentro de este panorama, sin partidos de oposición, con un tiempo electoral hábilmente acortado por el presidente López Obrador, se hace difícil que surja o sea creado en menos de dos años figuras nacionales, simplemente no existen. No hay un Manuel J. Clouthier, un Cuauhtémoc Cárdenas, un Luis Donaldo Colosio, un Carlos Castillo Peraza o Heberto Castillo. La esperanza generada por el joven Ricardo Anaya se desvaneció, hoy su discurso suena a odio, rencor, vendetta, resultado de su persecución. No es para menos, es en condiciones críticas cuando los seres humanos muestran su grandeza o desnudan sus miserias. Anaya lejos de crear una corriente de lucha como lo hizo Madero en su exilio que culminó con uno de los documentos más importantes de la historia de México “El Plan de San Luis”, -no ha hecho giras internacionales, no ha entablado diálogo con los grandes líderes de occidente, no ha promovido su lucha en el extranjero- Anaya sólo se centra en defenderse.   

El panorama opositor, está hueco, no existe.

Los vacíos siempre se llenan, el de la oposición está ocupado por los medios de comunicación que sin temor señalan, denuncian, cuestionan. Son nuestra única oportunidad de salida frente a un estado avasallante, poderoso, único, donde la voluntad de uno se impone frente a la de millones. La tarea mediática es comunicar, informar, criticar; la nuestra es leerlos, reflexionar, comentarlos, hacer conciencia, porque lo que al final queda es la ausencia de nuestros actos o la determinación de nuestras convicciones.

Escribo, hago mi parte. Toca a Usted la labor de reflexión.  

TFA