En busca del estado perdido-Claudia Sheinbaum

El pasado sábado estuvo de gira por la zona metropolitana de Guadalajara la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, su arribo generó grandes expectativas sobre su postura de cara a los retos que el país tiene en los próximos años.

Los temas tan variados, como los sectores visitados -industriales, comerciantes, universitarios, autoridades municipales- fueron puestos puntualmente sobre la mesa por los anfitriones y resueltos de manera clara por la visitante.

La firma de convenios entre la Ciudad de México con municipios de la entidad la posicionan como una gobernadora líder en el manejo de energías, seguridad, medio ambiente, inclusión, pero sobre todo lo que el país añora, la gobernanza.

Científica, con esquemas mentales claros de gobierno, escuchó y fue escuchada en un discurso que huele a Presidenta, con la autoridad que da el liderazgo pero siempre cercana a sus interlocutores.

Claudia reveló las raices que le unen a Jalisco, su padre egresado de la Universidad de Guadalajara con permanencia en negocios en la metrópoli de aquellos años, añorando los viajes que permanentemente hacía a la ciudad, le permite dibujar en su discurso el conocimiento que tiene de las necesidades de los jaliscienses, mostrándola sensible y humilde, justo lo que se requiere para la conducción de un país tan diverso y contrastante como lo es México.

Los retos que le vienen son enormes, el primero de ellos hacerse de la candidatura de MORENA en lo que se prevé será una guerra sin cuartel en la interna, donde Ebrard y Augusto pelearan a fondo, ambos consideran ser la mejor opción; después ganar la elección constitucional en una nación con origen cultural altamente machista, demostrando que estamos al nivel de las grandes potencias que han elegido a mujeres presidentas; sin embargo ahí no se agota el desafío, pues lo que se recibirá en el 24 es un Estado convulso, violento, desigual, corrupto en los reinados locales, con poderes inmensos, aplastantes, concentrados -los gobernadores- que hay que guiarlos para lograr equilibrar en el contexto de una República que reclama paz, legalidad, inclusión, en suma, democracia, porque ésta -lo dijo- no se agota con el voto sino que es un sistema de vida en el que todos estemos en armonía, donde el disenso no nos separe sino que nos una, porque la cohesión de ideas es lo que engrandece a una sociedad, la convierte en plural por sus conceptos y fines, lo que fue claro es que en la suma de esos deseos son los que la gran mayoría ambicionamos para el mismo país, vivirlo en plena libertad, con respeto, Sheinbaum lo percibe y lo muestra.

Jalisco tiene las dos caras más complicadas para Claudia; tradicional en lo social -conservador machista- y de centro derecha en lo político -lejos de la izquierda- la tarea no será fácil. 

El paso de Sheinbaum dejó la huella del cambio que se anhela como principio de la nueva nación que todos habremos de construir resultado del consenso, como dice el frontispicio del emblemático Teatro Degollado de Guadalajara: ‘Que nunca llegue el rumor de la discordia’, Claudia lo ofrece, le toca a la sociedad jalisciense valorar si lo toma o no, por ahora en principió gustó. 

Que la decisión sea la mejor para todos.