En Busca del Estado Perdido-A medio tiempo

El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció cambios en el gabinete, al decir del titular del ejecutivo, se cumple un período coincidente con la mitad del mandato, afirmó, se deben de concluir ciclos y abrir nuevas perspectivas en torno a sus políticas públicas -austeridad, cero corrupción, los pobres primero-, fortaleciendo el cierre de su gobierno.

Los cambios necesarios al decir de muchos comenzaron en el área más sensible, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la dejó Arturo Herrera Gutiérrez quien fue propuesto como Gobernador del Banco de México y llegó Rogelio Ramírez de la O.

El cambio y propuesta fueron recibidos por los mercados financieros e iniciativa privada con beneplácito, ambos funcionarios son reconocidos por su talento y discreción -cualidades de un buen técnico-, no podemos negar que el manejo de las finanzas públicas por el actual régimen ha sido responsable, no se ha incurrido en exceso de deuda, el peso se ha visto fortalecido y la política recaudatoria -aunque no nos guste pagar impuestos- ha sido la correcta. Un buen gobierno se distingue -entre otras cosas- por la escrupulosa administración del erario, que al final de cuenta es producto del esfuerzo de todos, en el caso, el gasto ha sido sensato, no se ha incurrido en dispendio y lo que se muestra como ejercicio de gobierno es medianidad, tal como lo anunció en su campaña el Presidente López Obrador, en otras palabras se observa congruencia.

El primer movimiento es acertado, tan es así que pasó sin hacer olas.

Se avizoran más cambios, varías carteras serán ocupadas por otros actores políticos que pretenden estar cerca del círculo de los elegibles para la sucesión del 24; quienes actualmente están ambicionan acaparar mayores reflectores, es el juego del poder de los que lo buscan y del que lo ejerce, sobretodo por un Presidente tan poderoso como López Obrador. Esta semana seremos testigos de sus quereres y desapegos.

Los cambios a mitad de sexenio -hecha excepción SHCP- tendrán como eje fundamental el político, en medio de resultados electorales que evidentemente -por más que pretenda ignorar el Presidente- no fueron el mejor escenario para la 4T que pierde la mayoría calificada de la Cámara de Diputados, más de la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México y las gubernaturas más importantes del proceso como son Nuevo León, Chihuahua, Querétaro y San Luis Potosí. Si bien es cierto triunfa en 11 estados, lo que nos mostró esta elección intermedia fue la capacidad ciudadana para diferenciar su voluntad decisoria yendo por una propuesta en lo local diferenciada a la federal, obstaculizando el hacer y deshacer del régimen en el Congreso de la Unión y obligando al ejercicio de la política en busca de las alianzas parlamentarias. No más aplanadora legislativa, ahora están obligados a negociar.

Siempre lo he afirmado, todos los políticos tienen fecha de caducidad.

Por increíble que parezca, son los mismos seis años, pero con tiempos más cortos, comienza la cuenta regresiva para el Presidente más popular y poderoso de la era moderna mexicana, que llegó al poder soportado en una amplia base social con la promesa de acabar con la corrupción, la mafia del poder y posicionar a los pobres en mejores condiciones. Su juicio comenzará tan pronto abandone Palacio Nacional.

Por ahora, cada día que pase será para el Presidente Andrés Manuel López Obrador uno menos en el ejercicio del poder. El tiempo se le acaba.   

TFA