El Vaticano está poco preparado contra delitos financieros: Consejo de Europa

Los expertos de Moneyval -un órgano del Consejo de Europa- publicaron este miércoles un informe de inspección “positivo” de los progresos de la Santa Sede para acabar con el blanqueo de dinero, pero criticaron el sistema judicial, poco armado frente a los delitos financieros.

El informe recomienda a los servicios judiciales del papa que contraten a más fiscales con experiencia en materia de delitos financieros complejos y que refuerce su unidad de investigadores financieros. 

También pide un mejor procedimiento para investigar a cardenales y obispos, en la cumbre de la Iglesia.

Los inspectores subrayan asimismo la falta de efectivos de la justicia vaticana, habida cuenta de la lentitud de los procesos. Por ejemplo, se menciona que un proceso abierto contra un expresidente del Banco Vaticano duró años, hasta que el acusado fue condenado en enero a nueve años de prisión por haber vendido bienes inmobiliarios de la Santa Sede de forma fraudulenta.

Se trata de la primera pena de cárcel dictada en el Estado del Vaticano por un delito financiero.

La inspección de Moneyval, que tuvo lugar en otoño, antes de esta sentencia, concluye que las penas dictadas por la justicia vaticana son “más bien mínimas” y “no disuasorias”. 

“Globalmente, los resultados del tribunal son modestos”, señala el organismo, en alusión a dos condenas por blanqueo de 2018 y 2019. 

El informe llega tras dos años turbulentos por una investigación interna sobre la financiación opaca -y potencialmente poco ética- de la compra de un lujoso edificio londinense por parte de la Santa Sede.

Además, uno de los cardenales más influyentes del Vaticano, el italiano Angelo Becciu, fue apartado por el papa a raíz de unas sospechas de “desvíos de fondos” en beneficio de sus hermanos. Él fue uno de los que participaron en la decisión de la compra del edificio de Londres. 

Con todo, la Santa Sede se beneficia en conjunto de un “informe positivo” por sus esfuerzos para garantizar “una cooperación internacional constructiva” en los ámbitos del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo.

“Existe un programa riguroso de vigilancia de las transacciones”, consideraron los inspectores del Consejo de Europa.

El Vaticano acogió estos comentarios con “satisfacción”, y también lo hizo la Autoridad de Supervisión de la Información Financiera (ASIF), recientemente reformada por el papa.