Breve, pero a fondo-Mexicanos, ¡a volar!… alto

Breve, pero a fondo-Mexicanos, ¡a volar!… alto

La voluntad del ser humano es inquebrantable, cuando menos así nos lo ha demostrado la historia, porque siempre va en pos de la innovación, y prueba de ello es lo que vemos a diario, lo que pasa en muchas partes del mundo. No importa si alguien a gritos y sombrerazos, trata de evitar desde su púlpito, que se vuele alto, siempre ganará el ímpetu, la audacia y la creatividad.

No deja de sorprender, por ejemplo, que personajes como el magnate de la industria del transporte aéreo, Richard Branson –aunque puede ser otro–, realicen proezas que no solo despiertan la admiración mundial, sino el apetito de inversionistas, para sacar provecho de la nueva era del transporte y del turismo, y con ello, detonar desarrollo y la generación de miles de empleos.

Los liderazgos son importantes, sobre todo en esta época de competencia, donde los mejores pueden jalar a los demás, para lograr conquistas comunes, que beneficien a todos. Quien llama a la confrontación, a la división y al encono, puede causar un gran daño, principalmente en un país, donde lo que se necesita es la fuerza conjunta, y en la que la sociedad no regatearía sumarse a una lucha sin cuartel para enfrentar la inequidad, la injusticia y la inseguridad.

Crear políticas públicas que detonen la riqueza no es ningún pecado para nadie, al contrario, es impostergable, ya que eso podrá rescatar a millones de mexicanos de la pobreza y del alarmante ambiente de vulnerabilidad en el que viven a diario.

Convocar a todos para seguir una ruta hacia el crecimiento, sería lo mejor que podríamos escuchar, ya que de por sí las malas noticias nos aplastan y nos inmovilizan como si tuviéramos un grillete en el pie que nos imposibilita a todos a avanzar.

Ver a través de la televisión o las redes sociales que el domingo pasado se inauguró la era de los viajes privados al espacio es motivador, pero también lo es la apertura del nuevo transporte teleférico, que le permitirá a miles de personas desplazarse de un punto a otro de manera segura en el barrio donde habitan.

Empujar acciones que hagan posible que los mexicanos vivan mejor es un acierto, por eso cancelar aeropuertos, puertos, trenes rápidos o centros de producción (fábricas y empresas), atenta contra un pueblo que batalla como pocos por salir adelante, casi sin nada, con empleos mal remunerados, lejanos de sus hogares y de sus familias.

Por supuesto que estamos hartos de que a diario te asalten, en el pesero, en el metro, en el metrobús, en el taxi, o en tu coche, sea austero o de lujo, no importa, ya nadie quiere padecer ese ambiente lesivo, que te ponga en el filo de la navaja, entre la vida y la muerte.

Por esa razón, millones de mexicanos reclaman acción de esa cúpula del poder y demanda de la oficina principal de Palacio Nacional, que escuche ese grito que exige apoyo y reconocimiento, que lanza una sociedad que vibra y anhela un mejor presente y un futuro más prometedor. Hay que alentar desde las mañaneras la solidaridad, la subsidiaridad y la unidad, si queremos dar el siguiente paso que nos consolide como una nación ejemplar, no dividida y postrada en sus errores.

Si empujamos juntos hacia un mismo sentido, este país será otro y no en el lejano horizonte, sino en el hoy, en el tiempo que vivimos, en el que enfrentamos derroteros que nos afectan a todos.

Ahí está la pandemia, que nos ha arrebatado a más de 260 mil mexicanos, hijos, padres, madres, abuelos, en fin, a muchos que tenían mucho que aportar. Hay que abrir la puerta para que entren propuestas viables y equitativas, pero también ideas, como ya dijimos, innovadoras, que nos lleven a otros niveles de desarrollo.

Hay que erradicar la división que sólo alienta la unión que quienes están en contra de la tranquilidad del país, de los que viven y se enriquecen de la ilegalidad, en perjuicio de todo un pueblo.

Por eso alarma el avance del crimen organizado, que nadie ha logrado desalentar, mucho menos detener. Por eso da miedo saber que ya hay más grupos criminales, de calibre trasnacional, basados aquí, en este país que se merece otra industria, no la del crimen.

En México es tan popular escuchar el nombre de los distintos cárteles como en otros países se habla de Amazon, Apple o Samsung, ¡qué pena!

Este es un momento clave para exaltar nuestra cultura, nuestro arte, a nuestros escritores e intelectuales, el trabajo de nuestros periodistas que a diario se la juegan para informar, y en primerísimo lugar, a ese mexicano que a diario da lo mejor de sí para sacar al país del atolladero donde se encuentra.

En México hay talento y creatividad, y es deber de quienes conducen este país abrir los espacios necesarios para que estos valores desplieguen toda su fuerza. Si se promueve la innovación y se alientan las capacidades técnicas y científicas de los mexicanos, seguramente, en un día no muy lejano, nuestro país será el protagonista de una gran historia de éxito.

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