Breve, pero a fondo-Frontera de hierro y también de cristal

Breve, pero a fondo-Frontera de hierro y también de cristal

La situación que se vive en Centroamérica ya es de alarma, y su expresión más visible es el éxodo de miles de sus ciudadanos hacia Estados Unidos, donde buscan refugio y un futuro mucho más promisorio del que jamás podrán tener en sus propios terruños. La empresa no es nada fácil, porque en su gran mayoría son detenidos y deportados fast track hacia sus países de origen o incluso hacia México.

La pandemia del Covid-19 avivó esta migración que ya es incontenible, y que, a decir de las autoridades mexicanas, se mantendrá en tanto el clima de inseguridad no sea revertido, lo que por supuesto, es casi imposible en las actuales circunstancias.

Solo en el año fiscal 2021, las autoridades migratorias de Estados Unidos han detenido al cruzar su frontera desde México a un millón 100 mil ciudadanos, principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador, donde en muchos sentidos, se vive el horror de la violencia, la falta de empleos y la persecución.

De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo(CBP), esta es una las cifras más altas registradas en un año fiscal, que arrancó en octubre del 2020.

Por si fuera poco, México es un polvorín, donde la violencia comienza a generalizarse, sin que ahora nadie, menos en el gobierno federal, haya encontrado la formula para evitar que el país caiga en el dominio del crimen organizado. Sería reiterativo hablar de lo que ya es inocultable, que los cárteles de la droga se disputan un país indefenso, cuyo pueblo sólo le toca aguantar vara hasta que se venga abajo esa frase celebre de abrazos no balazos.

Pero regresando al tema de la migración masiva de hermanos centroamericanos y también de miles de mexicanos hacia la tierra de las oportunidades, las cifras demuestran que la situación social y económica en América Latina no es la mejor. Las cosas empeoran con la pandemia que se niega a ceder y que contrariamente se reactiva y crece, como el flujo migratorio de los países que no cuentan con los recursos para hacerle frente a esta crisis sanitaria. Para muestra de esto, el informe de la CBP, presentado apenas el pasado fin de semana, revela que sólo el mes pasado fueron detenidas casi 189 mil migrantes que lograron ingresar a la Unión Americana por la frontera mexicana, cifra que, sin duda, es mucho más alta que las registradas en por lo menos tres periodos anteriores similares.

A la fecha se calcula que al menos 11 millones de connacionales residen en Estados Unidos sin documentos migratorios, y las autoridades de ese país están decididas a impedir que este número crezca, pero el temor a la violencia y la necesidad de salir adelante, motivará a millones a recorrer miles de kilómetros, muchos de ellos a pie, para alcanzar la frontera y llegar a la tierra de las oportunidades.

Las detenciones de migrantes que cruzaron la frontera desde México en el actual año fiscal son las más altas de los últimos 20 años. Pandemia o no, la crisis social, económica, de seguridad y ahora sanitaria, empujará a miles a arriesgarse para llegar de una u otra forma a la Unión Americana, donde su economía comienza a dar muestras de crecimiento a pesar del impacto que aún ocasiona la pandemia del Covid-19, que ha postrado a muchas economías emergentes en un estancamiento difícil de revertir.

Por ahora México ha logrado minimizar el golpe que le acertó la crisis sanitaria, gracias a las remesas de nuestros connacionales, que sumaron en un año más de 44 mil millones de dólares. Hoy por hoy, la principal fuente de recursos al país.

Sabemos que se vive una tragedia en la región, lo que detona la migración de pueblos enteros a Estados Unidos. Ahí estála razón principal, para que México se sume a toda acción con los países de Centroamérica, que promueva la prosperidad y el desarrollo, y así achicar las brechas sociales y económicas. Lo ideal es avanzar a paso firme y rápido para que millones encuentren en sus países lo que buscan en la súper potencia del norte, aunque sus muros sean tan altos odifíciles de franquear. En mucho, la frontera entre México y Estados Unidos es de hierro, pero también lo es, en cierta forma, de cristal.

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